[Parte 4] Caso Ariadna, porque el pasado siempre vuelve...

Caso Ariadna ¿Qué pasaría si el pasado volviese? Descubre la historia junto a Ariadna y Ángel, descubre por qué desapareció Cristina...

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-Oí hablar de este caso. Cristina, desaparecida sin dejar ningún rastro. Ninguno, Ángel ¿Qué quieres que hagamos? – Dijo Ariadna a Ángel con tono aburrido - ¿No hay algo más interesante por ahí? Sí no hay rasto ¿Cómo quieres que yo resuelva el misterio? Que no podría resolver ni los puzles de Layton sin una pista. Caso descartado.

-Ariadna, me parece muy mal lo que estás haciendo. Es un caso de una chica desaparecida, ¿y abandonas si tan siquiera empezar? 

Ella le miró con los ojos abiertos ¿Ahora se ponía así? ¿Qué le pasaba a este tío? Muchas veces el había echo lo mismo con casos similares. Ahora que no la diera la tabarra.

Ángel vio en la cara de Ariadna lo que estaba pensando. Y aún así siguió suplicando.

-Ariadna, por favor – Le intentó decir con ojos de cachorrillo abandonado.

¡Clin! Idea de Ariadna.

Se levantó del sofá y se acercó mucho a él. Demasiado. Sus narices casi se tocaban, pero ella estaba centrada en sus ojos negros en los que se veía reflejada. Uno sentía la respiración del otro. Él no sabía como reaccionar a tales distancias.

-Ángel…-Le dijo ella en voz baja, mirándole a los ojos intensamente

-¿Sí? – Respondió el en un hilo de voz sin saber de que iba ella.

-¿Qué escondes? – Él se quedó quieto pensando lo que acababa de decir Ariadna. Ella esbozó una sonrisa maléfica y salió corriendo hacia la habitación de Ángel, cerrando la puerta de un portazo.

Entonces Ángel se dio cuenta de que todas sus intenciones habían sido para manipularle. Se había dejado engañar otra vez. Sonrió para sus adentros pero corrió enfadado hasta la puerta de caoba de su apartamento.

-¡ARIADNA! – Dio unos toques a la puerta fuertemente con su puño -¡Sal ya!

En el otro lado ella reía complacida de haber conseguido su objetivo: Colarse en el cuarto de Ángel y rebuscar entre sus cosas para encontrar algún otro caso que merezca la pena.

La chica morena empezó a rebuscar entre los papeles sin encontrar nada interesante: Zaida, Gran Canaria; Irene Cuesta, valencia; Margarita, Sevilla… Casos pocos conocidos que serán resueltos en nada. Un reto.

La mesa de Ángel estaba plagada de papeles. La mayoría de la universidad, lo que hacía más difícil la búsqueda. Él estudiaba medicina, y eso estaba plagado de libros de anatomía. Sangre. Ariadna la detestaba.

-¡Ariadna! ¡Qué abras de una vez la puerta! – Seguía gritando el chico

-Ni loca. –Rió ella – Esto es divertidísimo

Ella se giró hacia la cama de Ángel y de repente sus ojos se fijaron en un punto exacto debajo de la almohada de la cama medio hecha de Ángel. Se acercó allí y se sentó en la mullida cama de Ángel. Cogió aquello que parecía ser una libreta y sobresalía de aquel lugar.

Era un expediente. De estos policiales que se utilizan para los casos.

Soraya, pensó. ¿Le haces favores a él y a mí no? Luego hablaría con ella, se apuntó mentalmente.

Vio lo que decía el título del expediente: Caso 339. Cristina Luna, 7 de Julio.

Con que tenía el caso de Cristina ¿Y por qué no se lo había enseñado a ella antes? Algo escondía.

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