[Reseña] El temor de un hombre sabio, Patrick Rothfuss

Es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto en el corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno.

Título: El temor de un hombre sabio
Autor: Patrick Rothfuss
Editorial: Plaza & Janés
Saga: Las crónicas del asesino de reyes 2
El hombre había desaparecido. El mito no.
Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar.
Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.

El Temor de un Hombre Sabio es el segundo libro de la trilogía de Crónicas del Asesino de Reyes, escrita por Patrick Rothfuss y protagonizada por la leyenda de Kvothe el Sin Sangre. Como dije ya en la reseña del primero el autor de éstos me ha enamorado con su pluma y su historia. Este libro fue uno de mis favoritos de 2013 (a pesar de terminarlo en el 2014) y espero poder leer el siguiente a principios de 2015 (por favor, que esté para esas fechas).

Hay secretos de la boca y secretos del corazón. La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes. Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuando más se los guarda, más pesados se vuelven. Teccam sostiene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar el corazón que los contiene. 

En este gran y segundo tomo Kvothe continúa con su historia en la Universidad, tal y donde lo dejamos. Él, casi arruinado, intentando ganar talentos e iotas para poder pagarse la matrícula, pero saliendo de todas las adversidades de una manera ingeniosa. Repetiré y repetiré que esta es una de las cosas más maravillosas de los libros: él estará totalmente pobre, sin ropas casi y sin oportunidades, pero de alguna manera se las ingeniará para ganar talentos. Con su instrumento, capacidad para construir objetos, buena suerte... lo que sea, pero siempre saldrá adelante.

Este señor tan majo y barbudo
es el genio escritor de los libros.
Amadle.

Una cosa que he observado en el libro y la cual me ha encantado, es que los personajes del primero se desarrollan muchísimo más aquí. Wil y Simmon ahora son más importantes en la historia, junto con Fela y Devi. Son personajes que están ahí para ayudar a que la trama se resuelva, pero si alguien me ha cautivado del todo es Elodin. Elodin, como recordaréis, es el maestro nominador de la Universidad al que todos le llaman loco y excéntrico. En El Temor de un Hombre sabio él empieza a dar clases a Kvothe, las cuales me han interesado tanto que os aseguro que yo en Nominación sacaría dieces (aunque los que habéis leído el libro sabréis que en esa asignatura no van las cosas como en las otras, sino que es todo más raro y lioso). La manera con la que Patrick Rothfuss nos habla, a través de Elodin, de los nombres de las cosas y de su conocimiento me ha parecido algo muy interesante y me podría pasar horas hablando sobre ello. Porque creo que hay mucha verdad en esas palabras, las que hablan sobre los nombres secretos y quién los conoce y el poder que tiene sobre ellos.

Por otra parte, están los personajes de Ambrose y Denna, en los que no me pienso entretener. Me hubiera gustado que el primero saliese más y contara con protagonismo, que el autor nos explicara sus malvadas intenciones, pero no ha podido ser. A la segunda persona podemos tirarla de una torre y nadie se quejará, de verdad. Es lo único que voy a decir sobre lo estúpida que me parece.

Todo hombre sabio teme tres cosas: una tormenta en el mar, las noches sin luna y la ira de un hombre amable.

Algo de lo que todavía no he hablado (y muy mal hecho) es de los cambios más notables que tiene con el primero. Si bien hay partes que se hacen MUY aburridas (tiene 1100 páginas, es normal) tiene otras que le dan tanta majestuosidad al libro que deseamos seguir leyéndolo, cosa con la que no cuenta el primero. En El nombre del viento Kvothe se pasa la vida en la Universidad (mayormente) mientras que en ETDUHS podemos descubir más allá de la ciudad de Irme. Él viaja por Vintas y trabaja con mercenarios, ayuda a salvar vidas y condena otras... por esa parte el protagonista ha madurado positivamente y es algo de lo que me alegro, porque así sigue siento un personaje real.

El amor es la voluntad de hacer cualquier cosa por alguien. Incluso en detrimento propio.

Podría plagar la reseña de frases maravillosas, pero lo único que pido ahora es que leáis estos libros. Son solo 2000 páginas que las devoraréis en nada, de verdad, la única palabra para definir esta trilogía es mágica. Querréis a Kovthe, le odiaréis, os caerá mal, os parecerá magnífico, os repugnará y os enamorará. Los personajes están tan bien hechos y son tan reales que dará igual que se haga pesado en algunos momentos, porque otros serán demasiado buenos.

Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero

En definitiva, El Temor de un hombre sabio de Patrick Rothfuss es un libro que realmente nos puede llegar al corazón si lo leemos atentos y reflexionamos sobre las frases. Kvothe y Elodin son los mejores personajes del libro y los que más nos enseñarán sobre los nombres. Altamente recomendable, de lectura adictiva.

Y tú, ¿vas a perseguir el viento?